Helado de avellanas
- Recipes by Marta
- 31 ago 2018
- 2 Min. de lectura
¡Como finiquitar de mejor manera el mes de agosto que con un helado! Poco a poco todos vamos volviendo a la rutina, pero eso no significa que se vaya a terminar el calor y ni mucho menos, las ganas de hacer recetas fresquitas y deliciosas. Para terminar este viernes, os presento un espectacular helado de avellanas para chuparse los dedos!

Este helado es una autentica pasada. Compacta un sabor intenso de avellanas tostadas junto con un ingrediente que potencia aún más su sabor: el licor de avellanas. Si a esto le añades el dulzor de la leche condensada y la cremosidad de la nata obtienes un capricho irresistible.

Con este helado se consigue un resultado muy profesional, con una textura y una calidad auténtica. Para empezar y no querer terminar de comer, para tocar las nubes y para sorprender a todo aquel que lo pruebe.
Con tan solo cuatro ingredientes y muy poquito tiempo logramos esta impecable receta. ¿Quién se quiere quedar a ver lo facilísimo que es elaborarlo?

Ingredientes:
300 gr. de avellanas tostadas
250 gr. de leche condensada
100 ml. de licor de avellanas
500 ml. de nata líquida

Preparación:
En primer lugar, trituraremos las avellanas (picaditas, han de quedar como polvo, no muy trituradas), junto con el licor y la leche condensada.
A continuación, montaremos la nata y le incorporaremos la mezcla anterior (avellanas trituradas, licor de avellanas y leche condensada). Mezclar hasta que quede todo bien integrado. ¡Mezcla lista!
La verteremos en un molde, la taparemos con papel film y al congelador.
Cada hora, hora y media, removeremos la mezcla para incorporarle aire y cremosidad. Así, hasta 3 veces. Una vez hayan pasado 4-6 horas, tendremos el helado listo para servir y degustar.

Guarnición:
Para servir, lo suelo acompañar de unos hilos de chocolate negro desecho (70% cacao) y avellanas tostadas y picadas para darle un toque crujiente.
A mi me gusta echarle también un chorrito de leche condensado con encima, junto con pistachos y a mis hijos les gusta acompañarlo con un poquito de chocolate blanco.
Eso a gusto de cada uno, como digo siempre, ¡dejad volar vuestra imaginación!


Aquí os dejo unas fotitos, para que podáis apreciar mejor esta delicia:




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